EVALUACIÓN DE CONTENIDOS MEDIANTE LAS TIC´S
La evaluación es fundamental en el proceso de
Enseñanza Aprendizaje, y cuando hablamos del aprendizaje electrónico no es la
excepción. A través de este aprendizaje, existen múltiples formas para lograr
evaluar a los estudiantes, y verificar si fue un aprendizaje significativo.
José Rodríguez Conde de la Universidad de Salamanca en un estudio
realizado sobre la Aplicación de las TIC a la evaluación de alumnos
universitarios. nos dice
lo siguiente:
Define y clarifica algunos conceptos en el campo
semántico de la "evaluación". En la literatura angosajona aparecen
los términos evaluation, assessment y research usados
indistintamente al referirse a procesos de evaluación, en algunos casos. Pero
cada uno hace alusión a un matiz diferente en la evaluación, no tanto de
personas (estudiantes, en este caso) como de programas, en general. El término assessment es
utilizado al referirse a la evaluación de personas (evaluación de aprendizaje
es la traducción de learning assessment, por ejemplo); en cambio la
evaluación de programas es la traducción del término anglosajón de program
evalua tion. Estas diferencias de contenidos en la evaluación se
pueden observar en las publicaciones internacionales de revistas como Assessment
& Evaluation in Higher Education, Educational Research and Evaluation,
Evaluation in Education, etc.
Stufflebeam (1999: 3), en su tratado de evaluación
de programas educativos, define el concepto evaluación como a
study designed and conducted to assist some audience to measure an object's
merit and worth. Por otra parte evaluación, referido a assessment,
se utiliza para determinar el nivel objetivo de una variable de interés
(puntuación en una prueba o test, nivel de interacción, tiempo de respuesta,
etc.), constituye una parte del concepto de evaluación anterior.
En nuestro contexto pedagógico (García Ramos, 1986;
Mateo, 2000) se entiende por evaluación, en sentido general,
aquel conjunto de procesos sistemáticos de recogida, análisis e interpretación
deinformación válida y fiable, que en comparación con
una referencia o criterio nos permita llegar a una decisión
que favorezca la mejora del objeto evaluado.
De este
concepto nos interesa resaltar tres aspectos. En primer lugar, evaluar no es
conocer algo, no es tener una opinión sobre algo y expresarla. Evaluar es un
proceso que desarrollamos en tanto que profesionales de la enseñanza. Proceso
que se atiene a una metodología, unas técnicas (condiciones) y que, por tanto,
queda lejos del mero conocimiento incidental, de la intuición, de la opinión.
De aquí surge un concepto: medición. Sin medición, la sola
valoración induce una opinión subjetiva, no estaríamos realizando una
evaluación objetiva.
En
segundo lugar, evaluamos justamente cuando estamos en condiciones de establecer
una comparación entre la información de que disponemos y alguno de los marcos
de referencia, criterios o normotipos que rigen nuestra acción.
En este caso, se suele diferenciar entre distintos tipos de evaluación:
normativa, con referente externo o criterial y evaluación personalizada.
Cuando al evaluar, por ejemplo, aprendizajes de
estudiantes, tomamos como referente el grupo de pertenencia
del sujeto, dejando la calificación del individuo condicionada por su posición
relativa en el mismo, estamos en contextos de evaluación con referencia a la norma o
evaluación normativa. Si referimos la evaluación a criterios
especificados previamente, es decir, de superación de objetivos educativos,
estaremos en situaciones de evaluación con referencia a criterio o
evaluación criterial (Popham, 1983). Y por fin, si la
comparación de los resultados de un sujeto, en el caso de la evaluación de
aprendizajes, se realiza consigo mismo, con lo que al principio era capaz de
hacer o conocer, estaremos dentro de la evaluación personalizada.
Y, por último, el proceso de evaluación concluye
con una toma de decisiones (Mateo, 1990; Pérez Juste y García
Ramos, 1989). En el concepto actual de evaluación, este es uno de los aspectos
que está teniendo cada vez más importancia, sobre todo porque se intenta
enlazar el proceso de evaluación con el proceso de mejora y, por tanto, la toma
de decisiones se debería realizar con la finalidad de optimizar el proceso
sobre el que se realiza el proceso de evaluación.
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